Para los menos apasionados en historia, Filípides (o Fidípides) fue unos de los artífices de la victoria del pueblo Griego sobre el Imperio Persa, en una de sus múltiples guerras, por su gran carrera desde Maratón hacia Atenas donde logró avisar, con antelación, que estaban venciendo la batalla (un simple “Ganamos”). Y después de más de 2.000 años, estamos viendo como el nuevo Filípides (el pueblo griego), ha vuelto a ganar, pero esta vez para decir No.
En unas magníficas decisiones estratégicas, como si se tratase de un gran crucigrama o un gran concurso con el premio al mejor ingenio, Tsipras ha jugado la carta (que por cierto, quiere utilizar el pueblo Catalán) de cuestionar a la nación sobre su futuro. Y más bien lo ha hecho al estilo Británico: consultar “sabiendo” en cierta medida, que ganará con el resultado final que se obtenga.
Mientras, en este juego de tira y afloja, aprovecha para salir a la palestra Rusia, con Putin a la cabeza, ofreciéndose a ayudar a Grecia. Mal me temo que no lo harán gratuitamente, sino más bien al contrario, posicionarse en el eterno y desgastado duelo Capitalismo-Comunismo. Vaya, otra jugada para conquistar un trozo más de pastel a su favor. Por lo que Tsipras sabe muy bien que Europa no la dejará caer (esperemos por nuestro bien, económicamente hablando) porque estará influida por los Estados Unidos, que a su vez presionarán a Merkel y compañía para que no dejen que caiga en las manos de la madre Rusia… Toda una jugada maestra.
Volviendo al terreno de los “Castellers” y las “Sardanas”, aquí todo está a expensas de si los “Filípides” de turno puedan o no avisar con antelación de que se presentan todos ellos juntos en una lista unitaria o, como dijo Julio César, utilizan otra estrategia y van a por la de “divide y vencerás”.
En fin, veremos qué ocurre, por lo que Alea Jacta Est.
(Artículo original de LaVanguardia.com)
