Perfecta y clásica canción para el momento particular en cuestión. En efecto, la que cantaba Sara Montiel con tan bella y magnífica interpretación un tango, que originariamente le puso la música el catalán Joan Viladomat. Y es que, después de todo el embrollo de aquí y de allá, de todo el enredo que implican unos resultados de unas elecciones autonómicas y también generales, volvemos al punto de partida: se sigue buscando un presidente que presida.
Ayer se pudo ver como el pueblo, con toda su sabiduría, escogió un “no lo sé”. Después de todo el proceso y la envergadura que están cogiendo las negociaciones, al final se llegó al punto álgido, al clímax total para mantenerse así unos días más hasta que se anhela la última pipada de ese cigarro. A esperar toca.
Con toda la puesta en escena, con todo el recinto de Sabadell lleno hasta la bandera, una clara imagen de fuerza o si quieren de unión que parecen que quieran demostrar que son más democráticos y modernos que los demás, en marketing lo calificaríamos de “marketing social interactivo”, quedaron retratados (a lo Pedrerol) ellos mismos de sus propios actos. ¿Tienen miedo a la responsabilidad?
También en Madrid se están divirtiendo, o mejor dicho, habrá alguno que se esté fumando un puro. Con unos resultados históricos que por primera vez en democracia se rompe el típico bipartidismo. Ahora bien, pactar unos con otros no será tan fácil y de hecho podemos atestiguar que lo que pase en Catalunya se reflectará en los resultados finales de las generales. Porque si una cosa es segura, es que Catalunya sigue siendo el motor de España para lo bueno, pero también para lo malo.
Odas aparte, es la hora de la política de antes, la de los grandes acuerdos entre grandes cribas. Y si se dan cuenta, el único resultado posible en la situación social de hoy en día ya lo he mencionado al principio de cada párrafo (léase la primera letra). ¡Felices Fiestas!
(Artículo original de LaVanguardia.com)
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