Un año más, una edición más y en Catalunya una “diada” más (para muchos, equiparándola al 11 de Septiembre), el día de Sant Jordi es un acto festivo y de marcado carácter cultural. Para salir a pasear con familia y/o amigos mientras se puede ver a escritores y famosos firmando libros (en Barcelona más que nada). Y es que, cada vez más, no encontraremos a ningún famoso que no haya publicado un libro – “quién tiene notoriedad en los medios de comunicación, tiene fácilmente un libro publicado para Sant Jordi” – me dijo uno de ellos.
De hecho el 23 de abril es oficialmente, desde 1929, el día del libro por ser el día en que murieron justamente dos grandes escritores: Miguel de Cervantes y William Shakespeare. Los dos en 1616 pero con un apunte importante, ninguno de los dos murió ese día. Miguel de Cervantes murió el 22 y fue enterrado el 23 de Abril; y William Shakespeare sí murió el 23 de Abril pero del calendario juliano, que corresponde al 3 de mayo del calendario gregoriano, el actual. Por lo que nos encontramos que las técnicas de publicitar actos y ensalzar el marketing ya existen desde tiempo atrás. Pero la Diada de Sant Jordi también es un acto de carácter sentimental: es el día en que sale el auténtico espíritu de los ciudadanos de Catalunya con su solidaridad al comprar y regalar rosas y libros a doquier, además de la pareja, a los familiares y amigos más queridos.
Y es que, el “nuevo” Sant Jordi se dirige directamente al mundo 2.0, el digital: con la, cada vez mayor, ayuda de las redes sociales, los comercios electrónicos incrementarán (un año más) sus ventas de libros. ¡Y también de rosas! El sector digital hace cada vez más daño al sector tradicional.
Pero por mucho robot que nos volvamos, el Sant Jordi real siempre permanecerá, porque nos gusta “salir a la calle”, nos gusta lo tangible, por lo que, se mantendrá el espíritu auténtico. Y esto lo volveremos a ver (en un principio) el 26 de Junio.
(Artículo original de LaVanguardia.com)
