Votar (con “V”), significa que se puede escoger a algo o alguien libremente. Votar significa que hay libertad de expresión, libertad de pensamiento y por tanto, el resultado de tal hecho es la democracia. En cambio, por otra parte encontramos la palabra Botar (con “B”), que difiere totalmente de la primera. En tal caso, creo que hoy en día gusta más Botar que Votar.
Asimismo, podemos ver como actualmente en España no se puede votar para según qué cosas relevantes. No se puede decidir. Y no sólo para el futuro político de una parte, tampoco para decidir, en otra parte, las extracciones petrolíferas. ¿Por qué no nos preguntan por todas las cosas destacadas? Yo no quiero pagar por el proyecto Castor por ejemplo, o por el rescate de una mala gestión de un Banco, o por… ¡Es un sinfín!
Quizá por eso no quieren que votemos. Pero que no votemos por nada, porque si no se abre la veda. Y eso para el Poder es peligroso. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que por cierto, está tardando más de la cuenta (juego táctico supongo), ensalzará al partido político Podemos, entre otras cosas. Hecho que también preocupa a las altas esferas. Pero tengo una preocupación con Podemos; esta semana en un programa de televisión el profesor Niño Becerra hizo una reflexión interesante: Podemos aún no ha explicado en cómo ni cuándo hará todo lo que quiere proponer con datos reales y fiables. En fin, esperemos a ver.
Nuevamente, ayer mismo, el Tribunal Constitucional (nombrado a dedo por los partidos políticos) tumbo el “nuevo” 9N. No era de extrañar, más bien esperable, por lo que todo seguirá adelante como parece, aunque ahora ya se vislumbre una reforma general de la sagrada Constitución.
Por cierto, ha sido empezar Noviembre y que salgan las grandes empresas a publicar los resultados gigantescamente positivos… Entonces, ¿la crisis ya se ha ido?
