Ahora en Agosto, mes por excelencia de las vacaciones de verano, aunque para algunos ya se les hayan acabado, aún nos podemos dar un chapuzón para refrescarnos. Asimismo, es un mes de las típicas obras y de desahogo para ir al trabajo, por el poco tráfico y por la poca gente en la oficina. También es un mes para comentar con nuestros amigos y vecinos, ya que disponemos de más tiempo libre, de los hechos y curiosidades que hemos vivido, que nos van a llegar y comparar nuestras vacaciones; de colgar todos nuestros movimientos en las redes sociales, para que todo el mundo sepa dónde he estado y sobretodo, que sepan qué bien me lo he pasado.
Agosto es un mes “diferente”, es el mes del primer amor, el del verano (que dura cuatro días), es el mes que hay más divorcios (por el tiempo juntos que pasan las parejas, increíble pero cierto), el mes de la mayoría de las fiestas mayores de verano. Además, también es el mes que vuelve la competición del deporte rey: el fútbol, sin olvidarse de los torneos de verano que organizan todo tipo de asociaciones, pueblos o clubes (en mi caso las “Olimpíades de Begues”, la edición XVIII, que se celebran cada dos años y que no deja de ser un conjunto de competiciones deportivas de todo tipo realizadas durante dos semanas).
Del mismo modo, es un mes de decisiones políticas “inverosímiles” ya que muchos estamos desconectados de la vida diaria y rutinaria que llevamos. Esperemos que no se sirvan de nuestro descanso para su beneficio de nuevo y no modifiquen la Constitución con un simple café, o al revés, un café para todos de nuevo.
En fin, disfrutemos del verano y suspiremos para que nuestros mandatarios no se aprovechen para hacer un “chapuzón”, es decir, una gran una gran chapuza.
(Artículo original de LaVanguardia.com)
