Vamos allá

Podríamos pensar que todo es un montaje, ¿por qué no? Al fin y al cabo, cuando uno se levanta y mira las noticias parece que esté en una película de ficción. Todo es ruin, desastroso o increíblemente maravilloso. Quizá es la imagen que “el sistema” nos tiene acostumbrados a dar, no lo sé. Lo que sí sé es que los políticos actúan según sus asesores (tengan en cuenta que éstos no son ni votados ni contratados por los ciudadanos).

¿Dejan de ser ellos? Los políticos que me gustan más son los que no tienen un papel delante, los que no se ciñen a leer lo que tienen escrito sino que hablan o responden sin nada delante de ellos (o lo disimulan muy bien).

Hay políticos que hacen política, y hay otros que calientan asientos. Prefiero los que hacen política, pero ¡ojo! Hay que tener capacidad para hacer buena política. Sobre todo la económica, porque la pela es la pela. Con eso quiero decir que ahora que parece que la bonanza económica empieza a sacar la cabeza poco a poco (o eso nos dicen), comienzan “a darnos” estímulos (paga extra de Navidad, bajadas de impuestos, etc.) ¿tenemos que aplaudirles? ¿darles las gracias? ¿o se la damos directamente a los Bárcenas, Millet y otros tantos de turno? La imagen de los políticos en España está muy depreciada, vamos, como los sueldos. Eso sí, la Constitución, el Senado, la corrupción, “la cuestión catalana”, ¡eso es intocable! Por cierto, “¿cuestión catalana?” (dejemos pasar el tiempo y ya verán cómo se olvidan)…

Quizá se quiera dar una imagen de seriedad y entereza por parte del Gobierno de España, o quizá es un movimiento de marketing por parte de la Generalitat de Catalunya, pero da la sensación que el soufflé del independentismo está como en stand-by o escondido, esperando su momento para resurgir. Porque no hay que olvidar que la sensación de independizarse o no, la tiene el pueblo de Catalunya y no los políticos, que parecen desbordados o desbocados, tanto del lado de la meseta como desde el speakers’ corner.

Lo que sí se oye desde hace semanas es que el Gobierno de Rajoy está moviendo hilos con la intención de adecuar, allanar y asfaltar el camino de Cataluña con tal de rebajar la tensión e intentar reconducir “la cuestión catalana”. Ahora de golpe, en medio de todo el embrollo, sale a la palestra el ministro Montoro (por decir alguno de ellos) y expone que Catalunya contará con la liquidez necesaria para hacer frente a sus deudas ¡Perfecto! Ahora entonces, ¿no habrá más recortes? ¿Podremos mejorar las prestaciones sociales? Porque si hay liquidez, ¿para qué apretarse más el cinturón? ¡Carta blanca y a disfrutar!

No creo que eso ocurra, no dejan de ser movimientos tácticos en forma de mensajes cifrados. No se preocupen, para descifrarlos ya tenemos a los servicios secretos Norte-Americanos, sino que se lo pregunten al premio Nobel de la Paz del 2009, o pasen por La Camarga, aquí en Catalunya también hay una excelente experiencia en estos temas. Pero como en todos los sitios, ¡no nos engañemos!

Al fin y al cabo, que sería de nosotros si no nos dieran de comer como al pueblo de Roma en tiempos de crisis, ¡todos al coliseo! Miremos el fútbol, programas del corazón y con una buena copa en la mano.

¡Viva la vida!

(Artículo original de LaVanguardia.com)

Xavier Badia

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